AITOR CARRASCO (MARIO CASAS) Y SARA MIRANDA (MICHELLE JENNER)
FUENTE: ANTENA 3
SARA Y AITOR PRIMERA VEZ
AITOR: Por fin te encuentro, ya pensaba yo que me ibas a dar plantón.
SARA: ¿Qué?
AITOR: Bueno, pues que tenemos a toda la iglesia esperando, ¿entramos ya?
SARA: Creo que te has equivocado de novia.
AITOR: Toma (le da la rosa), así que eres de las que prefiere ir poco a poco, vale, de acuerdo, pues vamos a empezar por el principio. ¿Cómo te llamas?
SARA: Sara.
AITOR: Bueno, yo soy Aitor. Ai... tortilla y de segundo me apellido de patata, no te jode. Vamos, te advierto que soy un auténtico braguetazo, ¡eh! ¿Hay alguna ley que prohíba invitar a una novia a un gofre?
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AITOR: Bueno, ¿y qué hace una novia como tú en un sito como este?
SARA: Pues es que pensaba casarme para darle un padre a mis 6 hijos. Pero al final he pensado que mejor seguir sola.
AITOR: ¡Venga ya! Que estar sola no es una opción es mucho mejor estar con alguien, ¿no?Además que lo de estar solos es una excusa para los aburridos y vamos que tú no tienes pinta para nada de ser aburrida.
SARA: ¿Ah, no? ¿Y de qué tengo pinta, si se puede saber?
AITOR: Bueno, pues no sé... de novia a la fuga. ¿Qué pasa que tu chico no te daba lo tuyo?
Oye, ¿no te habrás enfadado, no? Que lo siento, que no iba con mala intención, oye, ¿me das tu teléfono para que te pida perdón otra vez? Venga tía no me dejes así, que soy nuevo en la ciudad. Oye que si cambias de idea voy a trabajar en la comisaría de San Antonio.
SARA: Entonces seguro que nos volvemos a ver.
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SARA: ¿Qué haces aquí?
AITOR: Qué casualidad, ¿no? 600 personas, 2.000 vatios y volvemos a coincidir y ya si eso pues del tirón volvemos a vivir uno de esos momentos irrepetibles. Digo yo.
SARA: ¿Sabes? Que me encanta que estés aquí y que vengas con tu cuaderno y con tus ganas de estar conmigo, con tu entusiasmo y con esa sonrisa, como si todo fuera posible. Y de pronto me he dado cuenta de que eso es lo que quiero, que todo sea posible, todos los días de mi vida y voy a por ello. Te elijo. Te elijo a ti. Vamos a llenar ese cuaderno y 50 como ese. Te quiero.
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SARA Y AITOR NO PUEDEN RESISTIRSE
AITOR: Sara, ¿me acompañas un momentito fuera?
SARA: ¿Qué pasa?
AITOR: Te quería decir que... que ya me han quitado el casco y que voy a besarte. Así que si quieres pintarte los labios o lo que sea, pues...
SARA: Ya, es que aún no estoy preparada. Tendrás que esperar un poco.
AITOR: Ah, bueno, no pasa nada. Perfecto, tú tómate tu tiempo, ¿eh?
(Esperan un poco).
AITOR: ¿Ya?
SARA: (Mira el reloj) No. Todavía no.
AITOR: No sé, si quieres podemos ir a otro sitio, a lo mejor...
FUENTE: ANTENA 3
AITOR: Da igual, no lo digas, ¿vale?
SARA: Que no diga, ¿qué?
AITOR: Pues lo que se dice en estos casos en las putas películas. Que soy un tío que merece la pena, que soy la ostia... Prefiero ahorrarme todas esas frases.
SARA: ¿A qué has venido?
AITOR: Pues porque no me hubiese perdonado que te fueses a 100 mil kilómetros de distancia con un tío que no fuese yo, sin antes decirte una cosa.
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AITOR: Apártense, policía, circulen, aquí no tiene que haber nadie, todo el mundo fuera y los periodistas que están ahí que salgan y a tomar por el culo, ¿eh? Fuera y a mí no me grabes. Policía. Que nadie cruce esta línea que está aquí, ¿vale? Porque esto no es una puta atracción de feria, aquí se ha cometido un acto salvaje... de amor. Y no quiero que nadie me joda las pruebas, ni me ensucie el escenario. Aquí Aitor Carrasco, parece que las heridas que tiene la víctima se las han hecho con un arma blanca de unos... 20 centímetros.
SARA: Jaja, ¡20!
AITOR: Centímetro arriba, centímetro abajo, parece ser que la víctima debió de oponer resistencia.
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SARA Y AITOR NO SE ESCONDEN
AITOR: Que yo, que cabe la posibilidad, bueno... la remota posibilidad, que no sé, que a lo mejor, pues en un supuesto que me he... esté enamorando de ti, Sara. Y ahora, ¿qué?
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SARA: He estado pensando y... Creo que a lo mejor deberías saber lo que pienso. Y que lo que me dijiste la última vez que nos vimos, que... tenías razón, Aitor.
AITOR: No.
SARA: Que no, ¿qué?
AITOR: Que no me llamas para decirme que tengo razón, ni me llamas para decirme cómo te lo has pasado en Madagascar, me llamas para que sepa que has vuelto. Y que lo que tuyo con Lucas acabó antes de comenzar. Y que... que sepa que estás disponible. Pa'eso me llamas Sara.
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LA LLUVIA
SARA: Aitor, ¿qué haces?
AITOR: Telelluvia a domicilio para Sara Miranda. Yo te digo una cosa, yo no puedo parar la ola de calor, pero si tú quieres que llueva, que caiga chirimiri, un aguacero, pedruscos como mi cabeza, yo te lo traigo, Sarita, yo te lo traigo.
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SARA: Aitor, antes de que me fuera a Madagascar, me dijiste una cosa.
AITOR: ¡Bah! Da igual lo que te dije, ¿vale? Sara.
SARA: No, no me da igual, dijiste que era una lástima que yo no estuviera tan segura como tú de... de no sé... de todo lo que me querías.
AITOR: Y, ¿qué?
SARA: ¿Qué cómo podías estar tan seguro?, ¿Cómo lo sabías?
AITOR: Porque soñaba contigo.
SARA: ¿Sólo por eso?
AITOR: Sólo, ah. Mira, cada noche me dormía y soñaba contigo y todas las mañanas me acordaba de los sueños. Yo no sé cómo la gente sabe que está enamorada. Pero yo cada noche sueño con la misma persona, ¿sabes?
SARA: Yo también soñaba contigo.
AITOR: Pero si tú no sabes ni con quién sueñas, Sara. Y eso es lo que es una pena, ¿sabes? Porque lo mío a tu lado es calderilla. Porque cuando te sentía ahí detrás, en el asiento de mi moto, hubiera reventado todos los índices de la felicidad.
SARA: ¿Sigues soñando conmigo?
AITOR: No lo sé. Ya no me acuerdo de lo que sueño.
(Ella llora).
AITOR: Oye, no le des más vueltas, ¿vale?
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SESIÓN FOTOGRÁFICA
SARA: Ahora imagínate que te mueres por besar a Sara Miranda.
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ALGO TAN SENCILLO COMO HACERTE FELIZ (Entrada antigua de Miss RR)
SARA: Hace unos días hicieron una encuesta a cien internautas para que votasen que tres fotografías consideraban las más importantes de la historia. La primera escogida era una instantánea de la bomba atómica lanzada sobre Nagasaki; la segunda, el hombre pisando por primera vez la Luna, pero la tercera fue la que más me gustó, mostraba a dos enamorados besándose mientras el mundo gira a su alrededor, me gusta saber que entre las tres fotos más importantes de la historia están dos enamorados, congelados en un beso interminable, refugiados contra el olvido, quizás es eso lo que sentimos cuando vemos fotografías antiguas, que por ellas no pasa el tiempo, como esos mosquitos atrapados en ámbar durante millones de años, el mundo sigue adelante pero ellos se quedan allí atrapados para siempre, sin cambiar, como las fotos guardadas en una caja de zapatos… instantáneas de otro tiempo, que nunca volverá.
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SARA: Una vez le preguntaron a Lewis Hine, un fotógrafo de guerra, que por qué había elegido esa profesión. Él contestó que si pudiese contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos... Que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror y de heroísmo estaban más allá de las palabras. Yo también lo creo, hay cosas que no podemos explicar con simples palabras, cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el compromiso o sensaciones como volver a abrazar a un amigo. Quizá por eso nuestra vida se compone de imágenes, momentos congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de fotografías fijas guardadas en la memoria que nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir.
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AITOR: La primera vez que te besé, nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo y fue increíble.
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AITOR: Hola Sara, te mando este mensaje por si pasa algo, no sé. Nos hemos metido en un lío, ¿sabes? Sé que Lucas va a volver, pero vi tu cara y sólo quiero decirte que yo...no me voy a ir de tu vida por la puerta de atrás. Ni antes de que vuelva Lucas, ni después. Sara, me da igual que estés casada, soltera, viuda o monja de clausura. Sólo quiero saber si tengo una oportunidad. Una oportunidad aunque sea entre un millón. Que tengo un día un poco gris y necesito un poco de energía, ¿sabes? Necesito una respuesta, Sara. Te quiero.
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VERDADES COMO TEMPLOS
SILVIA: ¿Por qué humillas así a Sara? Pero, ¿no sabes que eres el único amigo que tiene desde que se fue Lucas?
AITOR: A ver, ¡el puto Lucas no está! El puto héroe está muy ocupado salvando el mundo y no tiene ni un puto minuto, porque no lo tiene para poder venir a ver a Sara. Y yo soy su amigo, ¿no, Silvia? Pues te equivocas, yo soy mucho más que eso. Yo soy el tío que la lleva al médico, yo soy el tío que la saca de una disco, cuando Sara se emborracha; yo soy el tío que le subo la compra; y soy el tío que lleva tres años, tres años soñando con ella. Tú estás enamorada, ¿no, Pepa? ¿Tú podrías estar día y noche, al lado de la persona que más quieres, guardándole el sito a otro? ¿Alejándote de ella porque no te quieres meter ahí? Porque Paco me lo pide, porque Lucas no está. Y, ¿sabes qué? Que se acabó. Porque Lucas, Lucas está donde quiere estar, y aquí la única que no se entera es Sara. Y estoy hasta los putos huevos, de estar guardándole el sito a otro. Hasta los huevos. Porque ese sitio está vacío. Coño.
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AITOR: Buenas, ¿es aquí donde sirven novias a la fuga?
SARA: ¿Te pongo algo?
AITOR: Pues muchísimo. Vale, pues empezamos de cero. Me llamo Aitor y soy de León, como Zapatero. Me gusta, pues la naturaleza, el deporte y el cine, pero no el porno, porque los guiones son malos, la luz es fría y al final nunca se casan. Oye y hablando de casar, ¿nos casamos?
SARA: Es que deberías saber que aquí en San Antonio es delito que un poli novato le pida en matrimonio a la hija del inspector Miranda.
AITOR: Entonces, ¿tú por las noches cenas o no?
SARA: Todas, ¿me recoges a las 9?
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AITOR: Da igual, no lo digas, ¿vale?
SARA: Que no diga, ¿qué?
AITOR: Pues lo que se dice en estos casos en las putas películas. Que soy un tío que merece la pena, que soy la ostia... Prefiero ahorrarme todas esas frases.
SARA: ¿A qué has venido?
AITOR: Pues porque no me hubiese perdonado que te fueses a 100 mil kilómetros de distancia con un tío que no fuese yo, sin antes decirte una cosa.
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AITOR: Que anoche me lo pasé muy bien.
SARA: ¿Sí? Entonces tu cita ideal consiste en llegar tarde al cine, no encontrar sitio en el restaurante y dormir solo en el coche patrulla.
AITOR: Bueno, dormir solo es lo único que no me gustaría repetir. Vamos que es cuestión de proponérselo y si eso ya pues me cojo un coche patrulla de matrimonio.
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AITOR: ¿Qué es lo que tenías que decirme? ¿Quieres que te escuche para que vuelva a sentir lo que sentía, para que vuelva a estar donde estaba? Porque no me hace falta, Sara. Yo sigo en el mismo sitio donde estaba, donde he estado siempre. Queriéndote tanto como siempre, demasiado, más de lo que quisiera. Pero no te voy a querer más, Sara. No te voy a querer nunca más.
SARA: ¿Alguna vez en tu vida has tenido una gran historia de amor? No un amor de ir de bares o de ir por ahí de excursión. Un amor de los que se te sube a la cabeza y no puedes respirar. Pues yo sí. Es Lucas. Y ese gran amor no se olvida en la vida, llega un momento en el que se te olvida porque se acabó. Sólo recuerdas que es tu gran amor y entonces aparece como un billete para Madagascar y crees que todo es posible, que ese puede ser el momento en el que funcione. Tenía que probarlo. Pero claro, se me olvidaba que lo mío con Lucas no funciona y que no funcionará nunca, por muy gran amor de mi vida que sea, porque ya pasó.
AITOR: Ya, ¿eso es todo lo que tenías que decir?
SARA: Y que tenías razón. Tú y mi padre y todo el mundo. Y que me equivoqué esos cuatro días. Como un espejismo. Pero yo también tengo derecho a equivocarme. Aunque vaya y vuelva millones de veces y os vuelva locos. Y creo que todo esto me ha hecho madurar. Y que lo siento.
AITOR: Ya, ¿nada?
SARA: No. No se me ocurre nada más que decir. No sé.
FUENTE: ANTENA 3
AITOR: Me muero porque me ayudes a pintar las paredes, porque sin ti, esto sólo sería un parking.
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AITOR: He leído que cuando nos reímos utilizamos 15 músculos de la cara. Aunque no nos demos cuenta quince músculos se mueven a la vez. El mismo artículo decía que cuando gritamos usamos 13 músculos; y cuando andamos en bicicleta, 9. Al parecer cuando besamos a alguien es cuando más músculos se mueven: 34 músculos.
El artículo no lo decía, pero existen muchas clases de besos: besos de pasión, besos de amistad, besos que no dicen nada y otros que lo dicen todo. Quizás por eso un beso signifique tantas cosas porque después de darlo no es necesario hablar, está dicho todo.
FUENTE: FORMULATV
AITOR: Vamos a ver Lucas, vamos a dejar las cosas claras. A mí Sara me gusta un huevo y voy a ir de frente, a tumba abierta. Así que estas son las reglas del juego, si yo entro, tú sales. Así que no vayas dando consejos por la mañana mientras le comes la boca por la noche. Si entro, tú sales.
FUENTE: ANTENA 3
AITOR: Muy bien, juego, ¿vale? Tenemos que apostarnos algo, ¿no?
SARA: Ah, ¿sí? Vale, ¿y qué quieres que nos apostemos?
AITOR: Si yo gano, te borras, te esfumas, desapareces de mi vida, ¿vale?
(Sara gana).
SARA: Que no he jugado limpio. Tenía que haberte dicho que me llevaba entrenando desde los 8 años.
AITOR: Ahora me tendrás que decir, qué es lo que me he jugado, ¿no?
SARA: Nada grave. Una hamburguesa, patatas dobles y una fanta naranja. Y un ratito de charla. ¿A las 8 entonces?
FUENTE: ANTENA 3
AITOR: ¿Qué tal, cómo
llevas el desenganche de cocaína?
SARA: Pues después de todo eso, un acumulado de
sangre de 100 miligramos de cocaína, pero ya estoy bien, gracias.
AITOR :Oye,en cuanto a lo que pasó la otra noche, ¿sabes?
SARA: ¿La otra noche? Aitor me metieron la cara en
un saco de cocaína, lo siguiente que recuerdo es despertarme en un hospital.
AITOR: Así que no te acuerdas de nada, ¿no?
SARA: De nada, todo en blanco, reseteado, nada,
bueno que me tengo que ir ¿vale?
(Aitor la coge del brazo)
AITOR: Sara, ¿sabes qué creo yo? Que sí que te
acuerdas, te acuerdas de todo, del beso, de lo que sentías, de todo.
SARA: Aitor, que no me acuerdo de nada.
AITOR: Pero prefieres olvidarlo como si nunca
hubiera pasao, ¿no? Sabes por qué?
SARA: ¿Por qué?
AITOR: Porque te da miedo, y te da miedo porque ya
no estás tan segura, porque tu mundo perfecto, de mujer casada, con príncipe azul, salvando el
mundo a 10000 kilómetros de San Antonio, ya no es tan perfecto. Mira Sara, yo
puede que no sea muy listo, ¿vale? Pero te conozco y sé que algo se ha movido ahí dentro, y con esto... para nada te quiero decir que estés dejando de querer a
Lucas, pero puede que estés empezando a quererme a mi también.
Una cosa, la próxima vez que te vea te voy a besar, sin drogas, sin un franco tirador apuntándonos, sin escusas, te voy a besar, Sara, y si quieres pegarme un tiro me lo pegas. Pero no podrás decir que no te acuerdas... ¡Estas preciosa!
Una cosa, la próxima vez que te vea te voy a besar, sin drogas, sin un franco tirador apuntándonos, sin escusas, te voy a besar, Sara, y si quieres pegarme un tiro me lo pegas. Pero no podrás decir que no te acuerdas... ¡Estas preciosa!
SARA: ¿Quedamos esta noche para cenar?
AITOR: ¿Esta noche? No sé, porque he quedado con una pelirroja...Pero si me lo pides de otra manera.
SARA: ¿Haría usted el favor de cenar conmigo esta noche?
AITOR: No está mal, pero prueba otra vez.
SARA: Cena conmigo esta noche, por favor.
AITOR: ¿Eso son ganas? ¿Eso es ilusión? No. Que tú puedes hacerlo mejor.
SARA: Sácame a cenar esta noche, anula tus citas, dame una oportunidad. Me muero por quedar contigo, me muero por sentarme enfrente, por olerte, por mirarte. Me dices que sí en un segundo o me piro.
AITOR: Sara, recházame. Si no me quieres, recházame. Ven aquí, ven aquí. Dime que no quieres estar conmigo. Dime que no me quieres, Sara, dilo. Recházame, Sara, vamos. Vamos, recházame una puta vez, Sara.
FUENTE: ANTENA 3
AITOR: ¿Quieres que te diga lo que voy a hacer cuando vuelva Lucas? No me voy a ir, no, ni me voy a meter debajo de un somier. Voy a ir a por ti, a piñón fijo, Sara.
SARA: No puedes hacer eso.
AITOR: ¿Cómo que no? ¿Por qué no puedo? Si ya lo estoy haciendo. Lo estoy haciendo porque creo que tú también me quieres. Si me tengo que pelear con Lucas como un puto perro para quitarle lo que es suyo, lo voy a hacer, te lo juro.
SARA: Pero, ¿qué estás diciendo?
SARA: Lo que pasa en tu vida, ha cambiado. Tú ya no estás en el sitio donde estabas. Ni aunque vuelva Lucas, ni aunque te perdone, estás en otro sitio Sara.
SARA: Eso no es así.
AITOR: Sí eso es así.
SARA: No, no es así. Yo quiero a Lucas, me da igual que todo haya cambiado.
AITOR: Sara.
SARA: No le voy a dejar porque quiero estar con él.
AITOR: ¡Sara!
SARA: No le voy a dejar.
AITOR: Sara, olvídalo. Ven, ven aquí. Ya está, olvídalo, déjalo. No he dicho nada. Vamos a empezar desde el principio. Mírame. Ya está. Olvida lo que te he dicho. Tenemos 10 días. 10 días para vivir nuestra historia. ¿Te dijo una cosa? Hay mariposas que vienen sólo un día y tienen 24 horas para hacerlo todo. Para hacer (la besa), para hacer (la besa). Buscarse una mariposa molona, un aliante en esos momentos.
SARA: Pues entonces nosotros igual, vamos a aprovechar el tiempo que nos queda.
AITOR: Aún no me has dicho qué significa para ti el que Carlota sólo sea la hermana de Lucas. Supongo que tienes miles de recuerdos bonitos con él y es imposible que lo olvides, pero yo no me rindo por eso, Sara y voy a igualar el marcador. Me voy a quedar a tu lado, fabricando todos los recuerdos del mundo, para que un día te vayas a la cama y te des cuenta de que estoy en casi todos los instantes que te hacen sonreír. Hoy tenemos pocas páginas de recuerdos, pero dentro de nada tendremos archivadores, enciclopedias enteras, tráilers de 4 ejes.
FUENTE: ANTENA3.COM
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AITOR: Ayer fui un egoísta, cuando te puse entre la espada y la pared. Y yo qué sé, tú estás donde estás y yo sé que estoy fuera de donde tú estás.
SARA: Te quiero. Es una locura, lo sé y no podemos.
AITOR: Lo sé, es una locura, pero no puedo evitarlo.
AITOR: La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Mientras haya una posibilidad, media posibilidad de entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.
SARA: ¡Aitor! ¿Qué haces aquí?
AITOR: Pues esperando, he venido a buscar a Carlota.
SARA: ¿A Carlota?
AITOR: Sí, el camino ya me lo conocía, te veo poco morenita para haber estado en Madagascar, ¿Qué pasa, qué ha estado lloviendo? ¿A que no has salido ni de la casita no? SARA: Aitor, entiendo que estés enfadado, pero te juro que nunca quise hacerte daño. AITOR: ¿Hacerme daño? Sara yo no he nacido ayer, vale sabía perfectamente donde me estaba metiendo, y podía ganar y podía perder, vale así que el daño me lo he hecho yo mismo.
SARA: Vale, pero quiero que entiendas por qué lo hice.
AITOR: ¿Qué por qué lo hiciste? Hombre, ¿Está claro no? Estás jodidamente enamorada de Lucas.
SARA: No, Aitor, ya no, y tampoco quiero ser para ti la niñata caprichosa que se largó a Madagascar.
AITOR: Para mi eres mucho más que eso, para mí tu eres la chica de la mesa de billar, y la chica de la sonrisa que miraba por el retrovisor de mi moto en la carretera y la chica más caprichosa de todo el puto barrio de Sant Antonio.
SARA:¿Qué?
AITOR: ¿Qué? Quiero a Lucas, quiero a Aitor, quiero ir a Madagascar, quiero ir en moto.. ¿Qué coño quieres Sara? Eres tan egoista que empiezo a pensar que no te mereces nada, ni promesas de futuro, ni álbumes de recuerdo, ni que llame a la puerta de tu casa, porque cada vez que llueve alguien se ahoga, pero a ti te importa una puta mierda.
FUENTE: ANTENA3/FOTOLOG.COM/OMBRESDEPACO
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SARA: Nunca pensé que pudiera querer a alguien que no fueras tú . Pero, de repente llegas tú, Aitor y me enseñas que la felicidad puede estar en instantes tan pequeños pero tan intensos como la vida de una mariposa de Vietnam. Y que hay otra forma de querer. Y ahora sé que os quiero a los dos y sé que querer no puede ser un error pero... sé que tengo que elegir un camino porque no se puede ir a dos sitios a la vez.
SARA: Aitor, lo siento, perdóname por lo que hice y por todo lo que no...
AITOR: No hace falta Sara, tú sólo respira, tienes que hacer algo por otro lado, respira.
SARA: Sí que hace falta.
AITOR: No hace falta.
SARA: Sí que hace falta, quiero que sepas que cuando os tuve a los dos delante, en el tiroteo, fue una fracción de segundo en que lo tuve claro. Que lo nuestro fue increíble, pero donde tenía que estar era con Lucas. Y no me odies por eso, porque antes no lo sabía y fue en ese instante.
FUENTE: FORMULATV
AITOR: ¿Sabes de lo que estábamos hablando antes? Pues que yo no podré odiarte nunca. ¿Sabes por qué? Porque te quiero y te querré siempre. Y estoy muy feliz de estar ahora aquí contigo, ayudándote a tener el niño de Lucas. Estoy muy feliz, Sara. ¿Sabes una cosa? Que te admiro muchísimo, Sara, mucho, porque en aquella fracción de segundo supiste lo que querías y fuiste clara y consecuente. Hiciste lo que sentía tu corazón y no te liaste por el camino. A mí me hubiera gustado poder hacer lo mismo, porque también tuve esa fracción de segundo... en un ascensor.
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